La tercerización en la ejecución del mantenimiento y la lubricación hace
parte del día a día de las plantas industriales y en el caso de que se cambie
de contratista o este cambie el técnico ejecutor la única forma de garantizar
que la lubricación continúe ejecutándose con la misma calidad es por medio de
seguir un procedimiento estándar.
“Ni tan cerca que queme al
santo ni tan lejos que no lo alumbre” es un refrán popular para describir la iluminación y guía que puede
brindar una vela dependiendo de la distancia a la que se encuentre de su
objetivo, es decir del santo que se desea alumbrar. En la lubricación industrial
la vela es el procedimiento de lubricación, pero no se puede exagerar acercando
demasiado la vela porque se corre el riesgo de quemar las vestiduras del santo.
De la misma forma seria engorroso realizar un procedimiento específico para
cada tarea de lubricación con el fin de iluminar al ejecutor de la lubricación
en la planta industrial.
Se recomienda iniciar con un procedimiento general para cada planta en el
cual se registren los lineamientos generales que garanticen la calidad en la ejecución
de la lubricación y el cumplimiento de las buenas prácticas de lubricación
(BPL) que la organización haya adoptado después de ajustarlas a su contexto
operacional.
Si el contratista ejecutor propone una mejora en las practicas o en la logística
de ejecución y gestión de la lubricación y dicha mejora es implementada y
probada se debe actualizar el procedimiento. Por lo anterior se recomienda
actualizar los procedimientos de lubricación al menos una vez cada dos años.
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